Plazo fijo: todo lo que hay que saber sobre esta herramienta en la Argentina

Cómo se constituyen, cuáles son sus beneficios y las diferentes modalidades disponibles.

Sí estás evaluando opciones para guardar tu dinero, ahorrado de forma segura e incluso hacerlo aumentar un poco, un plazo fijo puede ser una elección acertada, aunque en la actualidad de nuestro país no ofrezcan una gran rentabilidad en relación al ritmo inflacionario creciente. Los plazos fijos podrían considerarse como préstamos que los clientes le dan a los bancos o entidades financieras, durante una cantidad determinada de tiempo.

Al “guardar” este dinero durante un plazo establecido, le damos acceso al banco para que lo utilice en diversas transacciones, determinado que al momento en que vence dicho plazo, el banco devolverá la totalidad ingresada más un porcentaje de intereses.

En nuestro país existe una variada oferta de plazos a los que podemos acceder. Cuanto más tiempo dejemos el dinero en el banco, mayor será el monto que recibiremos al final. Los períodos pueden ser de 30, 60, 120, 150, 180, 270 0 365 días. También en relación a la mencionada suba de precios que afecta a la economía de los argentinos, desde hace un tiempo se ofrece una modalidad conocida como “plazo fijo UVA” que se ajusta junto con el porcentaje de inflación.

Luego, existen dos tipos de tasa de interés que se utilizan comúnmente en este tipo de operaciones bancarias: la TNA (por “Tasa Nominal Anual”) y la TEA (por “Tasa Efectiva Anual”). La primera, se utiliza como referencia para comparar la mayoría de los productos bancarios, los más populares, como las hipotecas, los préstamos bancarios y, por supuesto, los plazos fijos.

La TEA, por su parte, calcula el costo o valor de interés esperado en el plazo de un año. Entonces, TNA es el interés que nos pagan de manera anual por nuestro plazo fijo, mientras que TEA estipula la reinversión de los intereses ganados al renovar este plazo fijo que colocamos.

Otro componente importante al decidirnos por un tipo de plazo fijo específico, es si el tipo de interés que concertaremos es fijo o variable. Si es fija, se negocia previamente, por lo que sabremos exactamente qué tipo de rentabilidad tendrá dicho instrumento. Si la tasa es variable, estará sujeta a algún índice bursátil, como por ejemplo la inflación. En este caso, es necesario conocer a fondo el índice que variará la rentabilidad final, porque de lo contrario puede hacernos perder nuestro dinero.

Dicho esto, son muchos los que se preguntan cómo concretar esta modalidad en la práctica, es decir, cómo hacer un plazo fijo. Si lo hacemos a través de un banco, tenemos que presentarnos en las oficinas del banco para adquirir una cuenta en caso de no tener una. También podemos realizar la totalidad del trámite a través de cajeros automáticos y desde las plataformas online, que de hecho ofrecen mejores tasas. Recomendamos consultar los detalles de la modalidad en cada una de las entidades que operan en el país.

Las personas físicas deben concurrir con DNI y número de CUIT/CUIL/CDI. Las personas jurídicas, como sociedades o empresas, deberán presentar Estatutos/Contratos/Actas con designación de autoridades y CUIT. Como decíamos, también es interesante saber cómo hacer un plazo fijo electrónico, una modalidad muy atractiva que ofrecen los bancos, desde la comodidad del hogar.

Es simple, utilizando la plataforma de home banking de la entidad elegida, se puede elegir el plazo y el tipo de interés que tendrá, así como el tiempo que durará la operación y el tipo de renovación que deseemos. Luego debe seleccionarse la cuenta desde la que se debitará el capital a invertir.

También pueden hacerse diversas consultas desde la web, así como visualizar todos los plazos fijos electrónicos constituidos.

Solicitar Ahora

Ver otras notas:


Ayuda para pagar tus deudas
¿Como Ahorrar en Tiempos Dificiles?