¿Qué es la economía circular y cómo aprovecharla?
Se trata de un cambio en la linealidad propia del modelo de gestión de residuos. ¿Qué propone, cuáles son sus beneficios y cómo sumarse a la movida?
¿Sabías que cada persona en América Latina produce en promedio 1 kilogramo de basura cada día? Así, en esta región se generan más de 540 toneladas diarias. En la Unión Europea, la suma asciende a 2.500 millones de toneladas al año. Además se estima que esos volúmenes ascenderán en las próximas décadas, si no se establecen cambios de base. En ese marco se oye hablar cada vez más acerca de la economía circular, un modelo que procura reducir los desperdicios, utilizar con más conciencia los recursos naturales y, de ese modo, favorecer la salud medioambiental y por lo tanto la de aquellos que habitamos la Tierra.
La diferencia entre la economía lineal y circular trasciende la mera definición. De acuerdo a un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el segundo modelo podría reducir drásticamente los desechos industriales y las emisiones entre un 80 y un 99 por ciento.
Economía circular: ejemplos y definición
¿Qué es exactamente la economía circular? Adriana Zacarías, coordinadora de Eficiencia de Recursos para Latinoamérica y el Caribe en ONU Medio ambiente, señala que la economía circular se inspira en la naturaleza en donde el concepto de desperdicio simplemente no existe. “Todo lo que la naturaleza genera es un insumo o alimento para otro organismo. Pensemos en el bosque, las hojas de un árbol se convierten en abono para la tierra; un animal muerto, llega otro y lo come. Todo es un flujo cerrado en lo que todo fluye”, explica la especialista.
En función de ello, la economía circular supone un cambio en la forma en la que los seres humanos producimos y consumimos. Siguiendo a Zacarías, la propuesta es apartarnos de la economía lineal que implica el siguiente movimiento: la extracción, posteriormente la producción, el consumo y finalmente el desperdicio. “Queremos pasar a una economía circular en la que tenemos que cerrar los ciclos de producción y mantener un flujo constante de recursos naturales”, comenta la representante de la ONU.
Amén de las definiciones, si pensamos en ejemplos de economía circular es preciso enfocarse en la práctica. ¿En qué se basa este modelo no lineal? En prácticas como la reparación, el reciclaje y la reutilización, entre otras. A fin de cuentas, la idea no es nueva: ¿acaso no se concreta la economía circular cuando se utilizan botellas retornables? También ocurre en otros sectores, como la industria del cemento que ahora emplea el aceite de los automóviles para sus insumos, evitando un residuo altamente contaminante.
Otros ejemplos de economía circular se vinculan a compartir productos y herramientas, o alquilarlos. De este modo, el ciclo de vida de éstos se extiende. Un caso emblemático ocurre ahora al interior de la industria tecnológica, donde avanza lo que se conoce como “derecho a reparar”. La idea es que los usuarios tengan mayor acceso a piezas de reparación y manuales, para combatir la denominada “obsolescencia programada” (algo así como la fecha de vencimiento de los dispositivos electrónicos) y de ese modo conseguir que sus equipos tengan una vida útil más extensas.
Desde la ONU indican que la economía circular ofrece más beneficios además del principal (el cuidado y respeto por el medio ambiente), por ejemplo la generación de nuevos empleos. También propicia la innovación, siendo base para ideas disruptivas que abren nuevos segmentos en el mercado, generan puestos de trabajo y a su vez ofrecen beneficios para el planeta.
Según concluye Zacarías, la disyuntiva ente la economía lineal y la circular nos pone a las personas que habitamos la Tierra ante el desafío de convertirnos en ciudadanos en lugar de meros consumidores. “Hay que cambiar el chip y empezar a repensar nuestros patrones de consumo. Empezar a pensar si necesitamos comprar algo antes de repararlo, si no podemos hacer las cosas por nosotros mismos, si no podemos reutilizar un producto antes de comprar uno nuevo, y empezar a cambios nuestros hábitos, moviéndonos hacia estilos de vida más sostenibles”.